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ESPINO BLANCO, también llamado majuelo o espino albar.

Son bien conocidos los efectos sedantes del espino blanco, así como sus beneficios sobre el estrés y la ansiedad. Se trata de una alternativa más sana y natural a los ansiolíticos para combatir dos de las dolencias más habituales en nuestros días.

 

El espino blanco prepara el organismo para afrontar de una forma saludable las situaciones de estrés, por lo que se convierte en el aliado fundamental antes de un examen o de una entrevista de trabajo. Los niveles de ansiedad también se reducen con esta planta que regula la taquicardia y actúa sobre el sistema nervioso favoreciendo la relajación.

El insomnio es ese enemigo a combatir que provoca la vida moderna y acelerada. Una vida sana es inconcebible sin un buen descanso nocturno y entre las propiedades del espino blanco está la de favorecer el sueño. Una alternativa natural a tener muy en cuenta que podemos combinar con otras plantas medicinales también destinadas a prevenir el insomnio.

Las propiedades sedantes del espino blanco hacen de él un buen aliado para los casos de tensión muscular, especialmente cuando se produce por el nerviosismo, la inquietud o la angustia. Se trata de un relajante muscular natural también con propiedades antiinflamatorias sin los efectos secundarios de los medicamentos convencionales.

Algunos problemas respiratorios como la tos irritativa y la tos crónica pueden aliviarse por la acción calmante en la zona de la garganta de la infusión del espino blanco.

Muy relacionado con su función de protector de la salud del corazón nos encontramos con sus propiedades vasodilatadoras, con lo que se observa una mejora de la circulación sanguínea y un alivio de algunos problemas circulatorios como piernas cansadas o varices.

Muchas personas padecen vértigos, una sensación molesta que se puede aliviar con este remedio que nos proporciona la naturaleza, así como los zumbidos en el oído o acúfenos.